EL ASESINATO DE LETELIER (Capítulo 2)
Intento de preparativos vía Paraguay
Un mes y medio antes del crimen en Washington, el embajador de EEUU en Asunción del Paraguay envió un mensaje al Departamento de Estado, con copia a su Embajador en Santiago.
En el documento desclasificado del 5 de agosto de 1976 el embajador Landau pide que se preste atención a un asunto que a su criterio tiene “aspectos problemáticos”.
Informa que el 27 de julio de ese año se emitieron rutinariamente visas de visitante para viajar a EEUU a dos oficiales del ejército chileno de nombre Juan Williams y Alejandro Romeral, titulares de pasaportes paraguayos oficiales.
En su mensaje al Departamento de Estado el embajador Landau solicita “por favor páselo también al Tte. Gral Walters”.
No es habitual encontrar pedidos de ese tipo en los documentos desclasificados de origen diplomático, ya que en esa época el nombrado no era funcionario del Departamento de Estado.
En efecto el Teniente General Vernon Walters era en esos días subjefe de la CIA y anfitrión del titular de la DINA chilena, Gral. Manuel Contreras. en sus visitas a la sede de la Agencia en Fort Langley, Virginia.
Informa el embajador que el día que se emitieron esas visas lo llamó previamente el embajador Conrado Pappalardo, Secretario Privado del Presidente Stroessner, además de “confidente y director de protocolo”.
El documento desclasificado dice que Pappalardo tenía un mensaje en relación a los viajeros, hay un espacio en blanco de medio renglón ocultado en la desclasificación, y continúa:
“para el General Walters y que en unos días más me proporcionaría la información que debe pasarse al general.”.
Siguen varios renglones en blanco y continúa “ …él quiere enviar a EEUU dos oficiales de carrera del ejército chileno para dirigir allí una investigación relativa a las empresas con sede en ese país que hacen el negocio de compra de cobre a Chile, porque son una fachada de los intereses de Allende y los comunistas, y las ganancias se podrían estar usando a favor de los terroristas”.
De seguido se pueden leer largos detalles de esa supuesta misión, como por ejemplo que sería mejor que contaran con pasaportes paraguayos, para pasar desapercibidos en su investigación sobre las empresas chilenas. Agrega que pensaban viajar a EEUU en diez días.
Al día siguiente el Departamento de Estado envió una breve nota instruyendo a su embajador en Asunción para que, “En caso de estar a tiempo y ser posible, se vuelva atrás con ese esquema y que el embajador quedaba autorizado a instar a Pappalardo a que presione a los chilenos para que no viajen.”.
Si no podemos ir por allá, vamos por acá
Tres semanas después, el 30 de agosto de 1976 el Departamento de Estado emitió un memorandum sin firma que repite el informe del Embajador Landau respecto de lo que llama “asunto problemático de las visas” y permite leer ahora algunas de las tachaduras del anterior.
Ahora se puede saber concretamente que quien comandaba el proyecto era Pinochet, que fue quien llamó personalmente a Stroessner para pedirle la emisión de los pasaportes paraguayos para sus hombres y la gestión de las visas ante la Embajada de EEUU en Asunción, que -como vimos- efectivamente cumplió Pappalardo.
El memorandum del Departamento de Estado agrega que las visas de la embajada en Asunción fueron revocadas, pero termina aclarando: “Entendemos que Williams y Romeral ya están en Washington, adjuntos a la embajada chilena, con visas apropiadas para ello.”.
Es decir que finalmente el gobierno chileno emitió pasaportes a nombre de Williams y Romeral para que figuraran como adjuntos de su embajada en Washington. Ya no importó disimular su nacionalidad ni su carácter para facilitar la supuesta investigación que pretextaban realizar como propósito de su viaje.
Obviamente para que pudieran llegar a destino hubieron de obtener visas como diplomáticos emitidas por el embajador de USA en Santiago: David Popper, el mismo que en nuestro capítulo anterior propone diversas hipótesis sobre la realidad que probadamente conocía en detalle.
Recordemos que el cable de su homólogo en Asunción, el embajador Landau, sobre el carácter “problemático” de las visas le había sido remitido en copia y obviamente sin espacios en blanco. De manera que conocía muy bien el frustrado intento paraguayo de Pinochet para obtener allí pasaportes y visas a nombre de Williams y Romeral.
Subrayamos que el informe dice que éstos el 30 de agosto de 1976 ya estaban en Washington.
El FBI no se privó de aportar información, aunque ya fuera tarde
Al promover la querella que da origen al juicio, en 1999 nuestros representados aportaron el único documento sobre la Operación Cóndor conocido públicamente por entonces.
Se trata de un informe de cuatro carillas que el Agente Especial del FBI, con sede en Buenos Aires, Coronel Roberto Scherrer envió a su jefatura en Washington el 28 de setiembre de 1976, una semana después del asesinato de Letelier.
Nos interesa aquí citar este párrafo textual:
“Una tercera etapa de la Operación Cóndor y la más secreta, implica la formación de equipos especiales de los países miembros, los cuales pueden viajar a cualquier parte del mundo, incluyendo a los países no miembros con el cometido de castigar a los terroristas provenientes de los países miembros de la operación cóndor y a quienes los apoyan, hasta asesinarlos.”.
Unas líneas más adelante, algunas de ellas tachadas, el informe de Scherrer concluye:
“Es necesario señalar que la información no manifiesta la planificación de castigos del equipo de tercera etapa de la operación cóndor en los Estados Unidos.
No obstante no es imposible que el reciente asesinato de Orlando Letelier en Washington, D. C., pudo haber sido cometido como una acción de la tercera etapa de la operación Cóndor.”.
Otro documento desclasificado agregado al juicio es una comunicación del Director del FBI dirigido al Fiscal General Adjunto de EEUU, a la sazón encargado de la investigación oficial del asesinato de Letelier, fechado de 30 de setiembre de 1976, diez días después del atentado mortal.
También se envió copia del documento dirigido al Fiscal, al Director de la CIA, y en la última línea del documento se advierte que inclusive envió copia informativa a “Legal Buenos Aires”, cargo que sabemos era ocupado por el representante del FBI en la región, el Cnel. Robert Scherrer.
El informe del Jefe del FBI contiene casi exclusivamente información sobre la actuación de quienes denomina “activistas anticastro cubanos”.
Comienza citando a la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas, en castellano en el original, cuya sigla es CORU.
Informa que el “líder del CORU, el Dr. Orlando Bosch Avila, residente en Caracas, el 23 de setiembre, solo dos días después del asesinato de Letelier, relató a una fuente confidencial de su agencia, que los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sampoll, eran responsables de la explosión que mató a Letelier”.
Precisamente dos “activistas anticastro cubanos”, entre otros oficios.
Vamos sumando piezas a este rompecabezas.